miércoles, 11 de mayo de 2011

¡LUEGO DIRÉIS QUE SOMOS 5 O 6!

Noticia sacada del diario EL PAÍS:

No se lo esperaban ni ellos. Enrique, de 32 años, poco antes de que empezara la gala de los Goya, se quejaba. "Como siempre a la hora de protestar en Internet se animan todos, pero luego viene un 0,1%". Él llegó a Madrid ayer desde Bilbao. En balde, aparentemente. Parecía que el colectivo de internautas Anonymous iba a fracasar, que la protesta convocada en contra de la ley Sinde ante el Teatro Real de Madrid solo reuniría a cuatro gatos. A los pocos minutos, sin embargo, los dos lados de la entrada del teatro en la plaza de Oriente, como si hubiese habido una señal inadvertida, se llenaban de máscaras y de carteles. Más de 200 personas empezaban a abuchear y gritar su no al cierre de páginas web de descarga gratuita de contenidos culturales sujetos a derechos de autor.

Eran tantos que hasta presumían de su número. "¡Luego diréis que somos cinco o seis!", gritaban los manifestantes. La mayoría llevaba la máscara de Guy Fawkes, el personaje que inspiró la película V de Vendetta, signo característico del colectivo Anonymous. Otros lucían la máscara de Darth Vader o de Satán. Un chico agitaba su zapato, al estilo de las manifestaciones en Egipto. Sus gritos se oían desde el Palacio Real, al otro lado de la plaza de Oriente. "¡Contra Sinde, el pueblo no se rinde!" y "¡Censura no es cultura!" eran algunos de los coros más repetidos.

En cuanto uno empezaba a gritar, una lluvia de voces le seguía. Algunos repartían a los actores folios con una lista de webs donde es posible descargar sus películas. No querían, sin embargo, ir más allá de las palabras. El lanzamiento de huevos por parte de unos manifestantes recibía la respuesta indignada de los demás: "¡El tirahuevos no nos representa!".

"Esto es un movimiento anárquico, pero organizado. Una autogestión sin ideologías", sostenía un joven miembro de Anonymous, con la máscara de V de Vendetta y un tono de voz tan bajo que había que acercarse para oírle. Aseguraba que la única razón de la protesta, al menos en su caso, no era la ley Sinde, sino la defensa de las descargas. De hecho, en cuanto terminara la manifestación él se iría al cine a ver Valor de ley.

Pasara quien pasara por la alfombra roja, todos se llevaban su dosis de abucheos. Entre los más criticados, Javier Bardem. "No es país para Bardem", era el coro más suave hacia el actor. Pero la más abucheada fue sin duda la ministra de Cultura, Ángeles Gonzalez-Sinde, una de las últimas en entrar en el Teatro Real, recibida con una lluvia de pitidos. La única excepción fue el presidente de la Academia del Cine, Alex de la Iglesia, aplaudido por los manifestantes a su llegada al teatro. "¡Alex!" y "Alex amigo, Sinde te ha vendido", coreaban los de Anonymous.

Dos jóvenes, de 30 y 31 años, que decían ser "murcianos anónimos" recién llegados a Madrid, explicaban que habían acudido a la manifestación porque "han querido sacar esta ley a toda costa, a pesar de las sentencias en contra de varios jueces". D., J. y L., tres amigos de entre 28 y 30 años, se alegraban al descubrir que en la tarde de ayer las webs de la Academia y de los Goya habían sido tumbadas por un ataque informático.

Los chicos aseguraban que la aprobación de la ley en el Congreso no parará las protestas ni desinflará al movimiento. Al contrario, "le dará más fuerza todavía". A juzgar por los gritos de la plaza, puede que no se equivoquen.

Trucos para ¿burlarla?

También hay que tener en cuenta que la ley fija la supervisión de un juez sobre todo el procedimiento de cierre de webs. Ese juez puede parar dicho procedimiento si considera que la clausura afecta a la libertad de expresión o al derecho de información. Es muy difícil que aprecie esa circunstancia en el caso de un simple blog individual o en una página que reciba escasas visitas. Pero ahora el truco que ya se plantea en algunos foros de internautas es asociar esos sitios webs sueltos en redes sociales. En ese caso, es más sencillo considerar que el cierre puede implicar una limitación de tales derechos fundamentales.

Otro tema que se presta bastante a la confusión es la virtualidad práctica de una normativa de estas características contra servidores ubicados en el extranjero. Como explica David Maeztu, "la ley Sinde no introduce novedad en este sentido". Es la Ley de Servicios de la Sociedad de Información la que esclarece este punto. En ella se advierte que se requerirá a sus intermediarios en España que impidan el acceso a sus servicios desde nuestro país". Por tanto, la ley Sinde puede atacar perfectamente a una web que actúe desde fuera de nuestras fronteras.

Caso práctico: la ley puede morir en año y medio

El supuesto, en resumidas cuentas, es el siguiente: una web de descargas (o sea, que señala a través de enlaces donde está un contenido protegido) es clausurada por la comisión administrativa. La web en cuestión recurre el fallo ante la instancia judicial pertinente. Ésta última, pasado un año y medio (plazo orientativo, teniendo en cuenta la tempos de la justicia española), falla que el cierre carece de fundamento jurídico. Es algo que puede suceder perfectamente. Al fin y al cabo, en repetidas ocasiones la jurisprudencia ha establecido que enlazar contenidos protegidos no constituye una violación de la propiedad intelectual. Esa resolución judicial dejaría en evidencia el sentido y la solidez de la ley Sinde.

NO LES VOTES!

Hemos conseguido que uno de los administradores de la página noalcieerredewebs.com nos ayudaran con nuestra campaña publicando algún que otro artículo como este:

http://www.noalcierredewebs.com/

La diferencia entre una dictadura y una democracia es transparente: las dictaduras sólo rinden cuentas ante la historia. Pero en democracia los ajustes de cuentas se hacen ante las urnas.

PSOE, PP, CiU y cualquier otro partido que apoye la Ley Sinde se deberán enfrentar en breve al único escrutinio que realmente importa en democracia: el de los electores.

Comienza la cuenta atrás: 22 de mayo, no les votes.

El presidente de la Academia de Cine afirma que los piratas de Internet son delincuentes

Enrique González Macho, elegido recientemente como nuevo presidente de la Academia de Cine, ha criticado el diálogo que mantuvo su predecesor en el cargo, Álex de la Iglesia, con varios internautas para intentar mejorar la Ley Sinde antes de su aprobación. "Es como si un violador se entrevistase con la persona violada"

miércoles, 4 de mayo de 2011

La realidad de la Ley Sinde en nuestra sociedad

Vivimos en un país donde está legalizado la muerte de los toros en una plaza para gozo de las personas que asisten a observar dicho evento macabro, pero no podemos descargarnos películas, música, documentos de internet.
Es un hecho que en realidad da mucho que pensar.

No entendemos el porqué surge ahora la necesidad de eliminar la libertad de poder descargar algún documento de internet para el disfrute de la población.
Eso que van diciendo por ahí que pierden dinero los autores, actores, directores de cine, etc. Lo vemos como una simple tapadera; puesto que ¿cuántos millones ganarán esas personas para que necesiten el dinero que pueden perder con las descargas que se hagan de su trabajo?

La cuestión es que hay personas como Alex de la Iglesia y como Nach que sí que entienden que haya personas que se descarguen contenidos de sus obras de internet.
Gracias a internet son conocidos mundialmente, en el caso de Alex de la Iglesia por el cine, y en el caso de Nach (rapero Español) ha llegado a Latinoamérica, EE.UU., Bolivia, Ecuador, Argentina, y un largo etc de países a los que la cultura del Hip Hop es inaccesible a no ser que sean autores nacionales de dichos países.

Como alega Nach en la siguiente entrevista realizada por ABC cuando sacó su último disco este pasado mes de Abril, ve totalmente normal que una persona acosada por todos los pagos que hay hoy día en la sociedad decida descargarse un LP de internet antes que ir a la tienda y gastarse 15€: http://www.abc.es/videos-cultura/20110427/entrevista-nach-921355472001.html

En realidad, deberían de dar las gracias a internet y a las personas que deciden compartir obras en páginas p2p así como Ares, Emule, Torrent, etc.
Todo ello alegando a demás que si una persona se descarga un contenido de una red de este tipo y el contenido es de su agrado, de un artista que le gusta o que sigue desde hace tiempo, no cabe duda que más del 80% de las veces acabará comprando su obra a pesar de tenerla de forma gratuita.
(Que conste que en nuestro grupo de trabajo lo hemos hecho)

En conclusión, vivimos en una sociedad con excesivas cargas a nuestra espalda como para tener también que preocuparnos de pagar el trabajo de algunos de los artistas más importantes o más destacados cuando ellos mismos son los que apoyan dicha descarga de su obra, sobre todo porque se potencia poco a poco su imagen.
Esto nos hace pensar, ¿a quién beneficia realmente la Ley Sinde?

Deficiencias de la Ley Sinde


Aunque un juez intervienga en varios puntos del proceso de actuación de la Comisión de Propiedad Intelectual, es justamente ese el primer y mayor problema: la denuncia y el propio hecho de determinar si hay falta se hace por una vía administrativa (es decir, un organismo del gobierno) y no por la vía judicial (es decir, una decisión hecha en juzgado, por jueces). ¿Por qué es este el mayor problema?:

1.      Porque se vulnera un derecho y liberatad fundamental en España: la libertad de expresión. Que un organismo administrativo designado por un Ministerio (en este caso, el de Cultura) formado por personas que no conocemos, con facultades que desconocemos, se les otorgue tal poder y tal responsabilidad no solo es una falta de respeto a la ciudadanía, es darle una bofetada al sistema jurídico español.

2.      Porque la actuación del juez en todo el proceso se limita al derecho de autorizar o no aquello que la comisión determinó. El juez no se ve involucrado ni tiene voz durante el desarrollo del proceso mismo. Por definición, la ausencia judicial en el proceso no garantiza que las decisiones de la comisión sean justas.

El segundo gran problema de la Ley Sinde es su origen. En diciembre se reveló por medio de las filtraciones de Wikileaks que la Disposición Final Segunda se gestó y redactó a partir de fuertes presiones de lobbys estadounidenses representantes de las industrias audiovisuales (es decir, los estudios y las discográficas). Toda la ley está “manchada” de las intervenciones de estas grandes empresas, al defender a toda costa sus intereses y arrastrar los derechos fundamentales de los ciudadanos españoles.


El tercer gran problema de la Ley Sinde es su tremenda falta de claridad con respecto a sus límites. Gran parte de la discusión (para bien y para mal) se ha centrado en la necesidad de regulaciones que impidan que, por medio del internet, algunas personas se lucren con el trabajo ajeno. El problema es que no es claro qué se penalizará y qué no. Aún más grave es que no necesariamente se tiene que probar el daño, sino que hay una posibilidad de causar daño (la existencia de enlaces a contenido con Copyright, por ejemplo).


El cuarto gran problema es la existencia de un blacklist o una lista negra controlada por la Comisión de la Propiedad Intelectual. En caso que los contenidos “infractores” no se encuentren dentro de España (ya sea que la empresa de hosting sea extranjera, o los servidores están en otro país o la persona en cuestión no viva en España) entonces podrán pedir que el IP o el dominio en cuestión sea bloqueado.
No creo que sea necesario explicar los peligros que la lista negra de sitios y direcciones IP que no pueden ser accedidos mientras estás dentro de España esté en control de unas cuantas personas. Esto es una muralla digital China en potencia.